miércoles, 25 de junio de 2008

La gran bomba



Vivimos sumergidos en el mas absoluto caos, 6.500 millones de personas conviviendo, cada uno con una percepción diferente de la realidad, cada uno defendiendo su propia supervivencia, luchando por mantenerse vivo un poco mas, cada uno con sus ambiciones, sus objetivos y sus sentimientos. Esto parece un cóctel explosivo ¿verdad?, pues si, señores, esto no es otra cosa que una gran bomba capaz de explotarnos a todos en la cara.

Muchos creerán que estoy siendo un poco extremista o catastrofista, pero no es mi intención crear una atmósfera apocalíptica, solo señalar que si es posible la convivencia (por muchos que creamos ser), solo si se siguen las pautas mínimas de razonamiento.

El verdadero problema es debido a que el razonamiento esta en peligro de extinción. Aparentemente existen en la actualidad determinadas personas o reducidos grupos que no les interesa que la gente razone, nos tratan como ganado, o acaso ¿conocéis algún granjero que le interese que sus vacas se den cuenta de la injusta esclavitud en la que se encuentran sometidas?

Nos bombardean con publicidad, nos invaden con sus técnicas de ventas, se inventan historias para que sigamos atrapados en este círculo vicioso. Son verdaderos maestros en el arte de dormir la conciencia humana, de distraer la mirada objetiva de las personas, de generar un espeso fango de incultura el cual lo manche todo. Siempre prometiéndonos una sola cosa “LA FELICIDAD”.

La felicidad, eso que todos perseguimos pero ninguno alcanzamos, 6.500 millones de personas corriendo detrás de esta gran zanahoria que se llama FELICIDAD. Es el verdadero motor de la vida, todos anhelamos probar un poco de esta dulce fruta. Pero mientras existan necesidades, reinara la infelicidad.

Estas personas que nos empujan a consumir para lograr la felicidad, son auténticos especialistas en crear necesidades. Las cuales deberemos satisfacer consumiendo sus productos, el cual nos generara un leve y efímera sensación de felicidad.

Por plantear una analogía se me ocurre lo siguiente:

Necesidad = Síndrome de abstinencia (en mi pueblo “mono”)

Producto = Estupefaciente (en mi pueblo “Farlopa”)

Felicidad = Estimulo producido por un estupefaciente (en mi pueblo “colocón”)

Si señores, por muy duro que parezca somos adictos a la felicidad.

Y lo peor es que ellos lo saben.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Don Hilarión, le veo muy idealista y muy analítico, especialmente teniendo en cuenta su juventud, cosa que me entusiasma al considerar que nuestra actual "cabaña juvenil" deja mucho que desear.
Yo tengo algo más experiencia que Vd en la vida, por que me he equivocado ya muchas veces y he sabido aprender de los fracasos, especialmente en cuanto he querido entender el significado de la vida.
Eso no quiere decir que mis puntos de vista sean mejores que los suyos pero si, tristemente, más elaborados y tal vez más contrastados con la realidad que me ha tocado vivir.
Una cosa, mejor diría dos, me han obsesionado a lo largo de mi vida: El amor hacia los animales y la música. El amor animalista me ha llenado de una satisfacción, enorme y me he sentido muy realizado cuando he redimido situaciones criticas de esas bellas criaturas. Pero también, tengo que decirlo, sufro constantemente con la situación, tan injusta, que les toca padecer al convivir con una especie, la humana, que los utiliza de alimento, como juego sádico, como diversión, y también como juguete, muchas veces tratados irresponsablemente.
Como habrá podido comprobar en mi incipiente Blog, reflejo mi definición de ética: como todos aquellos argumentos, filosofías y acciones tendentes al bien de todos
los seres, sin que nadie salga perjudicado, en ese loable intento
de crear felicidad.
Yo entiendo la vida como un transcurrir de tiempo, que tiene una fecha de inicio con nuestro nacimiento y una fecha de término con nuestra muerte y aquí se acaba la historia, no hay más cera que la que arde. Por ese motivo hemos de aprovechar al máximo nuestro tiempo para tratar de ser felices y ayudar a los demás a serlo también.Con una mente despierta y con un corazón abierto hacia los demás. Pero, aquí está mi experiencia, pero siendo muy fuertes mentalmente para evitar entrar en desengaños que luego podrían minar nuestro altruismo.
Yo he sabido ponerme siempre en el lugar del ser que puede sufrir o está sufriendo y por ese motivo he luchado para evitarle problemas o para resolverlos adecuadamente.Por esa forma de ver la vida, no entiendo, me resulta totalmente incomprensible, que la mayoría de las gentes pasan por la vida indiferentes o insensibles ante el dolor y sufrimiento de otros seres.
Y eso es lo más útil que podemos hacer, o así lo entiendo yo, de acuerdo con las conclusiones a las que he podido llegar.
Por ese motivo, amigo Don Hilarión, cuando surgen cuestiones como la que paradojicamente nos ha unido en unidad de criterio, como el Libro del Conocimiento,no puedo por menos que aburrirme y desesperarme por la inutilidad del caso y el desperdicio de energía y tal vez buena voluntad aplicable a causas más justas y altruistas.
Un saludo muy cordial esperando que su Blog tenga un buen desarrollo y provecho ético.

Anónimo dijo...

Mi distinguido amigo, Don Hilarión (veo que sigue escondido en su simpático seudónimo) He contestado a su amable escrito en mi blog muy tarde, por causa del mediocre conocimiento del sistema:Resulta que su comentario estaba en espera de ser aprobado por el protocolo del blog y dependía de mi su aceptación. No volverá a ocurrir y ya he contestado a su interesante comentario. Gracias.